06.04.2025 La Cuaresma avanza, y con ella se intensifica la llamada a la conversión del corazón. Este Domingo V, la Palabra nos invita a abrir la puerta de nuestra casa, de nuestra vida, a la misericordia de Dios. El Evangelio de hoy nos presenta a una mujer adúltera enfrentada al juicio de los hombres, y a Jesús, que no la condena, sino que la levanta con su amor. En tiempos donde la crítica y la señalación parecen estar a la orden del día, este pasaje resuena con fuerza: «El que esté sin pecado, que tire la primera piedra«.
Además, la Iglesia en España celebra este domingo la colecta en favor de las víctimas de la trata de personas, una llamada a comprometernos con quienes sufren formas modernas de esclavitud. Hoy, más que nunca, estamos llamados a ser Iglesia que acoge, que no condena, que salva y acompaña.
Lectura del santo evangelio según San Juan (Jn 8, 1-11)
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
«Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
«El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
«Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó:
«Ninguno, Señor».
Jesús dijo:
«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».
Análisis y Reflexión
Este Evangelio es uno de los más humanos y esperanzadores. Nos recuerda que todos hemos pecado, que todos llevamos debilidades y que, por tanto, no somos jueces de los demás. Jesús no justifica el pecado, pero tampoco condena a la persona. La mira con misericordia y le ofrece una nueva oportunidad.
Vivimos en un mundo rápido para juzgar y lento para comprender. ¿Cuántas veces lanzamos piedras simbólicas con nuestras palabras, actitudes o silencios? Hoy se nos invita a mirar con los ojos de Cristo, que no se escandaliza del pecado, sino que tiende la mano para levantar.
La llave de San Juan de Letrán que acompaña este domingo, nos recuerda que la misericordia es la llave que abre las puertas del corazón y de la comunidad. Una Iglesia que acoge, que perdona, que invita a recomenzar. ¡Abramos también nosotros nuestras casas, nuestras vidas, a quienes necesitan ser acogidos con compasión!
Salmo 125: «El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres»
El Salmo 125 es una acción de gracias, un canto de alegría por la fidelidad de Dios. Aunque hayamos caído, aunque hayamos estado en el exilio del pecado, Dios nunca nos ha olvidado. Nos restaura, nos devuelve la dignidad y nos llena de alegría verdadera. La alegría del perdón es una de las más profundas que puede experimentar el corazón humano.
Colecta en favor de las víctimas de la trata
Este domingo, 6 de abril, la Iglesia nos invita a colaborar con la colecta especial en favor de las víctimas de la trata de personas, una de las realidades más dolorosas y silenciadas de nuestro tiempo. La trata vulnera la dignidad de miles de personas, especialmente mujeres y niños, que sufren explotación, violencia y olvido.
El Evangelio de hoy, en el que Jesús se niega a condenar a la mujer acusada y le ofrece una nueva oportunidad, nos interpela directamente: ¿miramos a estas víctimas con compasión o con indiferencia? ¿Nos atrevemos a tender la mano como Jesús, o seguimos tirando piedras invisibles?
Tu generosidad puede convertirse en signo de esperanza para quienes más lo necesitan. Gracias por tu colaboración.
Preguntas para la reflexión
Antes de seguir con tu día, tómate un momento de silencio, piensa y reflexiona con las tres preguntas que te proponemos esta semana:
- ¿Cuándo he sido rápido en juzgar a alguien sin conocer su historia?
- ¿A qué personas de mi entorno necesito abrirles hoy la puerta del perdón o de la acogida?
- ¿Soy consciente de que Jesús no me condena, sino que me invita a cambiar con amor?
Horarios de Misas (Domingos y Festivos)
Como cada domingo, disfruta de una de las Eucaristías que ofrecemos en nuestra Unidad Pastoral:
- 11:00 h. en Nuestra Señora de El Pilar y San Antonio Abad (catequesis).
- 12:15 h. en el Hospital del Rey.
- 13:15 h. en San Antonio Abad.
Reflexión final
Jesús no vino a condenar, sino a salvar. Como la mujer adúltera, todos necesitamos su mirada de amor y su palabra que libera. Abramos nuestras casas y corazones a su perdón. Dejemos que su misericordia entre y transforme nuestras vidas. Que este domingo sea una ocasión para acoger, reconciliar, mirar con más ternura.
¡Feliz domingo! Y si quieres profundizar más, te invitamos a ver el video relacionado en YouTube, canal Evangelio y Reflexión.
¡Nos vemos en la Eucaristía!
La mujer al ser perdonada, se encuentra rehabilitada y con mejor disposición para llevar una vida mejor