03.04.2025 Chelo Quintana | El pasado 29 de marzo, la Plaza del Compás de Huelgas se encontraba muy concurrida a las 10:15 de la mañana. Además de los turistas de rigor, 56 corazones latían con emoción y urgencia de rebajar un poco sus latidos, para retirarse a orar y conocerse mejor. De distintas procedencias y caminos, más de medio centenar de personas había elegido esa fecha, esa hora y, sobre todo, ese lugar, para retirarse espiritualmente en fe, reflexión y sosiego.
Una vez en el interior del Monasterio, el Padre Heriberto García impartió una charla cuaresmal en la que exhortó a rezar por los demás en este tiempo litúrgico y a dar gracias a Dios por nuestras “cruces” personales, uniéndolas a la del Señor en su pasión y crucifixión. Después, tras un espacio dedicado al silencio personal, las Madres Cistercienses acogieron a los asistentes en el rezo de la hora sexta. La experiencia, enriquecida por una oración comunitaria regalada por Juan A. Columé, no pudo ser más reconfortante.
Después de una comida fraternal, se produjo un encuentro personal con toda la comunidad. Hubo tiempo para presentaciones y para escuchar desde el amor, cómo transcurre su vida, orando por el mundo. El testimonio de la novicia más joven en su búsqueda de Cristo fue un deleite inusual.
Para concluir la estancia allí, el P. Jesús M. Álvarez presentó “La Palabra de Dios en Cuaresma”, poniendo su énfasis en la esperanza como virtud, dentro del lema del jubileo de 2025 “Peregrinos de la Esperanza”, invitándonos a caminar con fe y confianza en Dios.
El broche al encuentro se dibujó con una emocionante Eucaristía en la parroquia de San Antonio Abad.
Gracias, a todos, por los dones recibidos
Un regalazo del Señor en la recta final de la cuaresma, demos gracias a Dios
Precioso este artículo Chelo, muchas gracias