Parroquia de San Antonio Abad y Nuestra Señora de El Pilar en Burgos

 

15.06.2025 Este domingo 15 de junio celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad y también la Jornada Pro Orantibus, bajo el lema “Orar con fe, vivir con esperanza”. En el Evangelio de hoy, Jesús nos habla del Espíritu Santo como guía hacia la verdad plena, recordándonos que no estamos solos en el camino.

En medio de la confusión, las decisiones difíciles y las pruebas diarias, el Espíritu es quien orienta nuestra vida con la luz del Evangelio. En esta jornada especial, nos unimos a la oración de tantos contemplativos que sostienen al mundo con su fe y esperanza, y renovamos nuestro compromiso como verdaderos Peregrinos de Esperanza.

Lectura del Evangelio (Juan 16, 12-15)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

“Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena.

Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.

Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.

Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.”

Análisis y Reflexión sobre el Evangelio

Jesús anuncia a sus discípulos la llegada del Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad, como guía para acceder a la plenitud de la fe. La escena refleja una promesa: no seremos dejados a nuestra suerte, sino que la Trinidad entera actúa en nosotros para llevarnos hacia la vida y la verdad.

El Espíritu Santo no impone, sino que guía con suavidad, consolando, iluminando y ayudándonos a discernir. ¿Cuántas veces no sabemos qué camino tomar? ¿Cuántas veces nos sentimos perdidos en medio del ruido del mundo? Este Evangelio es un recordatorio: el Espíritu nos acompaña, y nos va revelando el sentido profundo de nuestra vida cristiana.

En este día en que celebramos el misterio de un solo Dios en tres Personas, se nos recuerda también nuestra vocación a vivir en comunión, en unidad, sostenidos por el amor del Padre, la entrega del Hijo y la luz del Espíritu. La Trinidad no es una fórmula, sino una realidad viva que actúa en nuestra historia.

Además, en esta Jornada Pro Orantibus, celebramos la vida de tantos hermanos y hermanas en la vida contemplativa que, en silencio y oración, son centinelas de la esperanza, y un faro que sostiene a la Iglesia. Su ejemplo nos recuerda que orar es también actuar, que la esperanza nace de una relación confiada con Dios. Como dice el lema de este año: “Orar con fe, vivir con esperanza”. Nosotros también estamos llamados a ser luz desde la oración y la confianza.

Salmo 8: “¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!”

Este salmo es un canto de asombro y alabanza. Se contempla la grandeza de Dios manifestada en la creación y, al mismo tiempo, se maravilla de que el ser humano, tan pequeño, haya sido elegido como colaborador de Dios. En el contexto de la Solemnidad de la Trinidad, el salmo resalta la obra común del Padre, del Hijo y del Espíritu: un amor creador que nos llama a custodiar la vida con gratitud y esperanza.

 

Preguntas para la reflexión

La Palabra de Dios siempre nos interpela. Hoy te invitamos a meditar con estas preguntas:

  • ¿Dejo espacio en mi vida diaria para que el Espíritu Santo me guíe en mis decisiones?
  • ¿Cómo puedo vivir más conscientemente la comunión con Dios Trinidad en mi día a día?
  • ¿Qué puedo aprender del testimonio silencioso de los contemplativos que viven orando por todos?

Horarios de misas (Domingos y Festivos)

Este domingo, 15 de junio, te esperamos en alguna de las Eucaristías de nuestra Unidad Pastoral:

  • A las 11:00 h., en la parroquia de Nuestra Señora de El Pilar.
  • A las 13:15 h., en la parroquia de San Antonio Abad.

Reflexión final

Hoy, al celebrar el misterio de la Trinidad y al unirnos en oración con la vida contemplativa en la Jornada Pro Orantibus, se nos recuerda que no caminamos solos: el Espíritu de la verdad está con nosotros. Somos Peregrinos de Esperanza, guiados por el amor del Padre, la Palabra del Hijo y la luz del Espíritu Santo.

¡Nos vemos en la Eucaristía!

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