Parroquia de San Antonio Abad y Nuestra Señora de El Pilar en Burgos

09.02.2025 En este V Domingo del Tiempo Ordinario, el Evangelio nos presenta el relato de la pesca milagrosa y la llamada de los primeros discípulos. Jesús invita a Simón Pedro a «remar mar adentro» y a confiar en su palabra, a pesar de una noche sin éxito en la pesca. La obediencia y fe de Pedro resultan en una abundante captura, simbolizando la abundancia de la gracia divina cuando confiamos en el Señor.

Este pasaje nos enseña que, aunque nuestras fuerzas puedan parecer insuficientes, la confianza en Jesús transforma nuestras vidas y nos llama a ser «pescadores de hombres«, es decir, a compartir nuestra fe y ayudar a los demás. Al igual que Pedro y los demás discípulos, estamos llamados a dejar nuestras seguridades y seguir a Cristo, participando activamente en la construcción de su Reino.

Además, este domingo tiene una dimensión especial, pues se lleva a cabo la Colecta de la Campaña contra el Hambre en el Mundo 2025, impulsada por Manos Unidas, bajo el lema: Compartir es nuestra mayor riqueza. Un mensaje que resuena profundamente con la enseñanza del Evangelio de hoy.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (Lc 5, 1-11)

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.

Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.

Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:

«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».

Respondió Simón y dijo:

«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».

Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían.

Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:

«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».

Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Y Jesús dijo a Simón:

«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».

Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Análisis y Reflexión sobre el Evangelio

Pedro y el resto de discípulos habían pasado toda la noche trabajando sin éxito. Sin embargo, cuando Jesús le dice: «Rema mar adentro y echad las redes«, Pedro confía en su palabra y el resultado es una pesca milagrosa. Este hecho los sobrecoge, pues sienten la presencia del Señor.

Jesús les cambia la perspectiva: no solo se trata de peces, sino de convertirse en «pescadores de hombres«. Pedro, que se sentía indigno, recibe la llamada a una misión más grande.

Esta escena nos interpela a todos: ¿Cuántas veces hemos sentido que nuestros esfuerzos son en vano? ¿Cuántas veces hemos querido rendirnos? Jesús nos dice: confía, avanza, no tengas miedo. Como Pedro, estamos llamados a confiar en Dios y dejarlo actuar en nuestras vidas.

Además, este pasaje nos enseña algo fundamental: la fe nos mueve a la acción. No podemos quedarnos en la orilla, debemos remar mar adentro en nuestra vida cristiana y también en nuestra labor con los más necesitados.

Salmo 137: «Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor»

El Salmo responsorial de hoy nos invita a alabar al Señor con todo nuestro ser: «Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti«. Esta alabanza surge del reconocimiento de la fidelidad y misericordia de Dios en nuestras vidas. Al igual que los ángeles, somos llamados a glorificar a Dios, no solo con nuestras palabras, sino también con nuestras acciones, reflejando su amor en el mundo.

Campaña contra el Hambre 2025: «Compartir es nuestra mayor riqueza»

Este domingo, nuestra parroquia se une a la Campaña contra el Hambre 2025 de Manos Unidas, bajo el lema «Compartir es nuestra mayor riqueza«. Esta iniciativa nos recuerda la importancia de la solidaridad y la generosidad para combatir la pobreza y el hambre en el mundo. Según datos de la ONU, «las 26 personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como la mitad de la población mundial«. Esta desigualdad nos interpela a compartir nuestros bienes y recursos con quienes más lo necesitan.

Al participar en la colecta de hoy, contribuimos a proyectos que buscan erradicar el hambre y promover el desarrollo sostenible en comunidades vulnerables. Recordemos que, al compartir, no solo enriquecemos la vida de los demás, sino también la nuestra, viviendo plenamente el Evangelio.

Preguntas para la reflexión

Para profundizar en el mensaje de este domingo, os presentamos las siguientes preguntas:

  • ¿En qué áreas de mi vida necesito confiar más en la palabra de Jesús, como lo hizo Pedro?
  • ¿Cómo puedo ser un «pescador de hombres» en mi entorno cotidiano, compartiendo mi fe y ayudando a los demás?
  • ¿De qué manera puedo contribuir a combatir el hambre y la pobreza, compartiendo mis recursos y tiempo con quienes más lo necesitan?

Reflexionemos sobre estas preguntas en oración, pidiendo al Señor que nos guíe y fortalezca en nuestro compromiso cristiano.

Horarios de Misas

Os recordamos los horarios de las misas de este domingo, 9 de febrero de 2025:

  • 11:00 h. en El Pilar y San Antonio Abad (catequesis).
  • 12:15 h. en la Ermita de San Amaro.
  • 13:15 h. en San Antonio Abad.

Como comentamos hace unas semanas (leer nota informativa), la misa en el templo del Hospital del Rey queda cancelada hasta nuevo aviso.

Reflexión final

El Evangelio de hoy nos llama a confiar en el Señor incluso cuando nuestras fuerzas parecen agotadas. Pedro experimentó el poder de Dios cuando, obedeciendo su palabra, lanzó las redes nuevamente y obtuvo una pesca abundante. Esta misma fe nos impulsa a salir de nuestra comodidad y a compartir con los demás, especialmente con quienes más lo necesitan.

Hoy, a través de la Campaña contra el Hambre de Manos Unidas, podemos vivir este llamada de Jesús de manera concreta. Al compartir, nos convertimos en verdaderos discípulos y testigos de su amor. Que el Señor nos conceda un corazón generoso y confiado, dispuesto a remar mar adentro y seguirle con valentía como buenos «peregrinos de esperanza«.

Por último, para profundizar en el mensaje de este domingo, os invitamos a ver el video relacionado del canal Evangelio y Reflexión en YouTube.

¡Nos vemos en la Eucaristía!

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