Parroquia de San Antonio Abad y Nuestra Señora de El Pilar en Burgos

En este Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario, el Evangelio según San Marcos (10, 17-30) nos presenta una de las preguntas más profundas y universales del ser humano: “¿Qué he de hacer para heredar la vida eterna?”. Un joven se acerca a Jesús con esta inquietud, deseoso de encontrar una respuesta que le dé sentido y dirección a su vida. A lo largo de la conversación, Jesús le recuerda los mandamientos, a lo que el joven responde con seguridad: “Todo eso lo he cumplido desde pequeño”. Sin embargo, el Señor le lanza un reto mayor, una invitación que va al corazón del discipulado cristiano: “Una cosa te falta: ve, vende lo que tienes, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme”.

El desafío de seguir a Jesús: ¿Qué significa «ganar la vida»?
Este evangelio nos invita a reflexionar profundamente sobre qué significa «ganar la vida» según el proyecto de Dios. El joven que se acerca a Jesús había cumplido las normas y los mandamientos, pero la llamada de Cristo le va más allá de una simple observancia de la ley. Jesús lo invita a un despojo radical, a soltar las seguridades materiales, para poner su vida al servicio de los demás y seguirlo plenamente.

Al igual que aquel joven, nosotros podemos sentir que hemos «cumplido con todo», que seguimos las reglas y normas de nuestra fe, pero Jesús nos llama a algo más grande: a un seguimiento sincero y comprometido, a dejar de lado lo que nos ata o nos impide dar el paso definitivo hacia una vida de entrega. No es fácil, porque muchas veces, al igual que el joven del Evangelio, nuestras posesiones, nuestras seguridades o nuestras propias preocupaciones nos frenan. Y no siempre hablamos de riquezas materiales, también pueden ser nuestros miedos, nuestra zona de confort o nuestras ambiciones personales.

La pregunta que resuena hoy en nuestro corazón es: ¿Qué estamos dispuestos a dejar para seguir a Jesús?. Para «ganar la vida» en el sentido que propone Jesús, necesitamos soltar lo que nos ata y confiar plenamente en Él.

Una Fe que nos llama al compromiso: El Día de El Pilar
Este 12 de octubre celebramos con gran alegría la Fiesta de Nuestra Señora del Pilar, patrona de una de nuestras parroquias de la Unidad Pastoral de San Antonio Abad y El Pilar. Bajo su protección, recordamos que la Virgen María es ejemplo perfecto de confianza plena en Dios. Ella respondió con un total, entregando su vida para ser la madre del Salvador y cooperando en el plan de Dios con humildad y entrega.

La celebración de El Pilar nos invita a renovar nuestro compromiso de fe, especialmente en este tiempo en que iniciamos el curso de catequesis. Que, como María, tengamos el valor de responder al llamado de

Jesús, con un corazón dispuesto y confiado.

Aplicando el Evangelio a nuestra vida cotidiana
El Evangelio de hoy no es solo una historia antigua, sino una llamada muy actual. Cada día, somos invitados a discernir qué lugar ocupa Dios en nuestras vidas y qué estamos dispuestos a ofrecerle. Quizás no se trate de vender nuestras posesiones materiales, pero sí de preguntarnos: ¿Cómo puedo usar mis talentos, mi tiempo y mis recursos para servir mejor a Dios y a los demás?.

En nuestras vidas cotidianas, ya sea en el trabajo, en la familia, o en nuestra comunidad, el Señor nos llama a seguirlo con mayor profundidad. Tal vez, esto signifique dedicar más tiempo a la oración, ayudar a quienes lo necesitan, o participar más activamente en nuestra parroquia. El seguimiento de Jesús no es una tarea fácil, pero nos promete «un tesoro en el cielo», una vida plena, llena de sentido y de amor.

Que este domingo sea una oportunidad para replantearnos nuestra vida, para escuchar el llamado de Jesús a dejar lo que nos impide seguirlo, y para confiar plenamente en Él. Que la intercesión de Nuestra Señora del Pilar nos guíe en este camino de fe, ayudándonos a «ganar la vida» según el corazón de Dios.

¡Nos vemos en la Eucaristía!

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